El contenido de la caja

En los siguientes días, tras hacerme llegar a Magpie, me apresté a cumplir con ella las misiones que no había podido cumplir con Mistral. Transporte de información relativa a la hambruna... y recuperación de material importante para esta gente. Esta vez iba preparada.
Entrar en la señal, recoger, boost… Y de nuevo aparecen varias naves, conté seis en el radar. Dos de ellas Anacondas. No me entretuve en mirar sus características. Cargué motor de salto y desaparecí. No tuvieron tiempo ni de desplegar sus armas.
¿Qué demonios había recogido? ¿Por qué un grupo de criminales con suficiente armamento como para derrocar un pequeño estado acechaba esa señal? ¿Qué esperaban ver aparecer para esperarles con varias Anacondas de combate?
Llegué a la estación sin más problema. Pero, antes de realizar la entrega, busqué el código del contenedor, lo escaneé con el escáner de manifiesto y lo cotejé con la base de datos.
Propietario: Montanso Industries
Contenido: Semillas experimentales
– ¿Qué?
Se abrieron comunicaciones. Mi contratante.
– Comandante Maya Fey, es una alegría tenerla de vuelta. ¿Ha tenido éxito en su misión?
– ooohhh… Mierda… – murmuré.
– ¿Comandante?
Desactivé rápidamente el escáner.
– Todo en orden, señor. Espero que tenga mis créditos preparados.
¿Acababa de robar a Montanso o era aquello parte de un tratado comercial legal? Las palabras de mi padre volvieron a mi mente: “hija mía, no te metas nunca con Montanso. Son la mayor mafia legal que existe”.