Secretos de familia

Artista invitado: Comandante Otro Lagia


Sistema de la federación Tal (*nombre ficticio)
Agricultura y turismo.
Quinto planeta.
Estación coriolis Jofroncia (*nombre ficticio)

Bar Alita Chorreante (nombre real)

El trato era magnifico: ¡una botella de ginebra Mega de Alpha por raciones de croquetas cada vez que acudieras al bar! Un trato estupendísimo. Al fin y al cabo tenías unas cuantas cajas de cuando estuviste en Hutton y que no habías vendido.

Sí, todo iba de rodado hasta que la madre de Maya te dirigió una mirada fija de reconocimiento y entrecerró los ojos. Por un momento tu cuerpo dudó entre dejar caer la botella por el sobresalto o hacerla estallar por el chute de adrenalina. Ante la indecisión la botella permaneció intacta en tu mano. Y, sin percatarte, le mantuviste la mirada a esa mujer guerrera mientras calibrabas las posibles vías de escape, porque, algo tenías claro: no ibas a mentir ni a ocultar que ella te pidió que vigilases a Maya a cambio de salvarte la vida. La escena, unas semanas atrás en el bar de la estación Jofroncia, volvió a tu mente. Maya preguntándote “Otro Lagia, ¿de qué conoces a mi madre?” ante un desliz tuyo. Una pregunta que se quedó en el aire y que seguro que Maya recordaba demasiado bien.

Mieeeeerda. Y el duelo de miradas siguió mientras tu cuerpo no lograba decidirse cómo salir de aquella situación.

De súbito una cabeza pelirroja se interpuso en la línea visual rompiendo el momento: Maya, levemente achispada por la sidra, feliz de encontrarse con un amigo.

– Otro Lagia, ¡ven! Deja que te presente. Esta es Riannon, mi hermana. Niall, mi padre, y Victoria, mi madre. Falta nuestro hermano, que estaba muy liado y no ha podido venir. Familia, este es Otro Lagia. Es un piloto muy majo y, de vez en cuando, nos vemos en el bar del Sistema Puturrú de Fua para contarnos batallitas.
Hubo varios holas e invitaciones a sentarte. Miraste a Maya con sorpresa… ¿Era posible que no recordase aquella pregunta? No, no parecía recordarlo en absoluto.

Hicieron sitio en la mesa. Y tomaste una decisión. El miedo huyó de tu cuerpo como el aire de un globo. Se acabó el huir cada vez que creías que la madre de Maya andaba cerca, se acabó el temor por que descubriese cómo te había mandado vigilarla. Se acabó. Sonreíste, aceptaste el asiento junto a Riannon y el destino que se te venía encima. Niall te preguntó qué te apetecía tomar. Maya comentó:

 Bueno, ahora ya os conocéis.

Negaste con una sonrisa.

– En realidad, Victoria y yo ya nos habíamos encontrado. Encantado de verte de nuevo Victoria.

Hay que reconocer que encajó el golpe muy rápido, y hubo un leve gesto de reconocimiento ante un movimiento inesperado.

– Me alegro de ver que estás bien, Otro Lagia – dijo con su voz de seda negra.

Riannon miró interesada.

– ¿Cuándo? ¿Dónde?

Victoria dio otro sorbo a su bebida antes de contestar.

– Le pedí que echase un ojo a Maya hace unos meses... – y bajó la mirada.

Maya observó a su madre con sorpresa.

– ¡¿Mandaste a mi amigo a vigilarme?!

– Sí, cariño, lo siento. Sé que no debería haberlo hecho, pero me preocupaba que mi niña pequeña estuviese sola allí fuera. Luego me di cuenta de que no necesitabas guardaespaldas.

Y Maya se echó a reír. Carcajadas reales de felicidad.

– ¡Es tan típico tuyo! Siempre te preocupas de cuidarnos aunque estemos lejos.

Fue como si te quitasen una losa de encima. No había rencor alguno en ninguna de las dos. Y te pareció ver a Victoria ruborizarse.

– Bueno – añadiste –, lo que no sabéis es que acepté el encargo de Victoria porque ella me salvó la vida.

Y todas las miradas se volvieron hacia ti. Tres de interés, una de temor.

– Me libró de tres naves piratas que me estaban asaltando con su Vulture en apenas un minuto. Fue impresionante.

Riannon y Maya te observaron durante varios segundos con un desconcierto absoluto en su mirada. Y hubo un gesto de temor en Victoria. Las dos hijas de Victoria se volvieron hacia su madre.

– ¿De qué está hablando, mamá? – preguntó Riannon.

Parece que había un secreto más grande en esa familia que un simple contrato de guardaespaldas.